Economía

Arabia Saudita cerca de adquirir participación en la mina de oro y cobre Reko Diq de Barrick en Pakistán

Arabia Saudita está a punto de firmar un acuerdo histórico que cambiará el panorama de la minería internacional. El fondo de inversión del reino, Manara Minerals, ha expresado su intención de invertir cerca de 1,000 millones de dólares en la mina Reko Diq, ubicada en Pakistán, controlada por Barrick Gold.

La mina Reko Diq, situada en la región de Balochistán, es uno de los yacimientos de cobre y oro no desarrollados más grandes del mundo. Con estimaciones que apuntan a una producción anual de 200,000 toneladas de cobre y 250,000 onzas de oro durante más de 50 años, el proyecto no solo promete transformar la economía local sino también alterar las dinámicas de poder en el mercado minero global.

La producción está programada para comenzar en 2028, marcando un hito importante en la industria.

La entrada de Manara, una empresa conjunta entre el minero estatal saudí Ma’aden y el PIF (Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita), no es solo una jugada financiera. Es parte de una estrategia más amplia del reino para diversificar su economía más allá del petróleo, incursionando en minerales como el fosfato, el oro, el cobre y la bauxita.

Esta política de diversificación ha llevado a Arabia Saudita a adquirir participaciones minoritarias en activos en el extranjero, como su reciente acuerdo con Vale para convertirse en accionista del 10% en la escisión de metales de cobre y níquel de la compañía por 26 mil millones de dólares.

Perspectivas y desafíos futuros

Mientras Barrick Gold y Arabia Saudita se acercan a cerrar este acuerdo, el mercado global debe estar atento. La adquisición no solo refleja el creciente interés de los países del Golfo en recursos naturales estratégicos, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la participación del gobierno de Pakistán en el proyecto.

La región de Balochistán, rica en recursos, pero plagada de desafíos, es un foco de interés para inversionistas internacionales y locales por igual.

Este movimiento podría también indicar un cambio en las estrategias de inversión de los fondos soberanos en el sector minero, buscando asegurar recursos para las próximas décadas.

Sin embargo, como cualquier inversión de gran escala, enfrenta riesgos significativos, desde la estabilidad política hasta la logística de desarrollar infraestructura en una región remota.

En resumen, el potencial acuerdo entre Arabia Saudita y la mina Reko Diq es un recordatorio de cómo los recursos naturales continúan siendo un pilar central en la economía global, y cómo su gestión y propiedad son clave para entender las relaciones internacionales y las estrategias económicas en el siglo XXI.

Minería & Desarrollo | Agencias