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Días agitados en Josemaría: “desmentida” al CEO, búsqueda de socios y mala praxis comunicacional

Campamento Josemaría.

La difusión de que los dueños de Josemaría quieren vender el proyecto (una parte “chiquita” o “grandota”, según aclararon a la agencia Bloomberg) generó una crisis impensada para la gerencia local de la compañía y derivó en una serie de situaciones que prometen más problemas y complicaciones para el proyecto, como admitir que se encareció en 900 millones de USD y que no hay fecha de inicio para la construcción, al menos sino aparece un socio.

Muchas de las crisis son así: caen de arriba, como cisne negro y la preparación para las mismas sólo se da si se gestionan todo el tiempo. Juega fuerte el relacionamiento, la comunicación y contar con un plan.

Uno puede decidir enfrentarlas “a la que te criaste”, detrás de los acontecimientos, apelando a modos poco serios –“hubo errores de traducción o interpretación”-, o de manera profesional, pensando en las consecuencias y las repercusiones de lo que se diga o haga para apagar “el incendio”.

Por más que quien haya metido la pata y habló de más sea el propio CEO de la compañía, quien al parecer priorizó los beneficios económicos de una operación multimillonaria en Chile, con la adquisición de Caserones, pero que postergaba el desarrollo de otro proyecto en San Juan.

El ejecutivo no tuvo problemas en afirmar que aquí sí buscan un socio estratégico al que le puedan vender una parte chica o grande.

Nos referimos a las palabras de Peter Rockandel, quien en solo 24 horas de diferencia logró ponerse en contra a todo el gobierno provincial y nacional por su “sincericidio”, preocupar a sus empleados y a toda la cadena de valor que ahora ruega que encuentren “ese socio” en el convencimiento de que así cómo está todo, es muy difícil continuar.

¿El tipo fue honesto?, sí. ¿Fue brutal?, sí. ¿Dijo la verdad?, sí. ¿Es cuestionable?, totalmente.

Pero no porque decir la verdad sea incorrecto, sino porque no entregó toda la información en su entrevista con Bloomberg y esa falta de datos convierte a sus declaraciones en una bomba que torpedeó políticamente y económicamente al proyecto Josemaría.

Dejó en claro que pensó más en los accionistas y en los mercados, más que en su gerencia, las comunidades y sus autoridades locales.

Algunos dirán también que esa honestidad también reflejó sus prioridades, que, a la luz de las consecuencias, también valdría analizar en otra oportunidad.

La interpretación

No vamos a entrar en el análisis de los errores de traducción por considerarlos poco serio y solo adjuntamos a nuestros lectores una copia en inglés del trabajo de nuestro colega Jacob Lorinc de Bloomberg, que gracias a la desmentida local se posicionó como uno de los más vistos en el mundo minero. Pero ojo, la desmentida fue en San Juan, no allá.

El status del proyecto

Josemaría no tiene fecha de inicio y eso preocupa. Lo admitió Alfredo Vitaller en la conferencia de prensa tras un impreciso y poco claro comunicado del día anterior.

Un mérito de nuestro colega Claudio Leiva del Diario de Cuyo fue sacarle tamaña confesión cuando el tema no era el motivo de la convocatoria a los periodistas.

La última información del proyecto que publicó Minería & Desarrollo da cuenta que en todo el 2023 se van a invertir entre 300 y 400 millones de USD. Pero tal como lo aclaramos, son compras comprometidas el año pasado por el proyecto y que no aportan demasiado a los proveedores locales que cada día pierden un poco más de paciencia y reclaman que se haga luz la anunciada figura de “el mediador” que agarre esa braza caliente para indicarles que por ahora hay poco o casi nada, si es que no aparece un socio estratégico.

El proyecto ya va por 5000 millones de USD si se toman las declaraciones de Alfredo Vitaller en la conferencia de prensa.

Mensaje para los accionistas, bancos, socios y las bolsas donde buscan fondearse ya que a ellos se les venía diciendo que eran USD 4100 aproximadamente y que la actualización de tiempos y montos sería en el último trimestre de este año, no en marzo como finalmente lo terminaron haciendo.

Los posibles “socios estratégicos”

 En sus declaraciones a Bloomberg, Rockandel dejó trascender con qué compañías Lundin ya tomó contacto para lograr acuerdos y así poder desarrollar Josemaría. Fue él mismo quien nombró a una minera senior y a una empresa japonesa.

Aunque no dio a conocer los nombres, no sería de sorprender que BHP aparezca como una de las grandes interesadas. Es que además de ser una senior, ya tiene acuerdos con Lundin. La minera con sede central en Australia puso el año pasado 100 millones en Filo del Sol, otro de los proyectos del grupo canadiense que también se encuentra en San Juan.

El presidente ejecutivo también habló en esa entrevista de una casa comercial japonesa (Japanese trading house). A la luz de lo sucedido días atrás cuando adquirió una posición mayoritaria de Caserones, tampoco llamaría la atención que se trate de JX Nippon Mining & Metals Corp, con quien justamente hizo ese negocio en Chile.

Consecuencias políticas

 Aquí nos vamos a detener en nuestro análisis en la precisión que dieron cuenta Vitaller y Grgic: “La situación económica no está ayudando a avanzar (al proyecto) lo mismo que el tema electoral”.

Cualquier interpretación de estas palabras solo llevan a pensar que hubo o hay un aprovechamiento político detrás del proyecto y si es cierto, un consentimiento de la compañía. De todas formas, en Buenos Aires y en San Juan ya tomaron nota de estas declaraciones y en breve se les pedirá algún detalle de esas afirmaciones.

Habrá que ver si en esos casos, también echan mano al argumento de que hubo “un error de traducción o de interpretación”.

Minería & Desarrollo.