BHP Group y Rio Tinto Group permitieron que en sus sitios mineros australianos el personal femenino enfrentara acoso sexual sistemático y discriminación de género, según dos demandas colectivas presentadas el miércoles.
Entre otras acusaciones, las demandas sostienen que las dos mineras más grandes del mundo enviaron personal femenino a sitios remotos sabiendo que había un alto riesgo de peligro personal y luego las castigaron con degradación, despido o discriminación cuando lo informaron, dijo el representante legal de las mujeres, JGA Saddler, en un comunicado.
BHP y Rio no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
Las demandas colectivas cuentan con el respaldo de Omni Bridgeway, una entidad internacional de financiación de litigios. Según la Ley Antidiscriminación, un empleador es responsable si “permite” que una mujer trabaje en un entorno en el que probablemente esté expuesta al acoso sexual y la discriminación, dijo JGA Saddler.
“Hemos recibido denuncias de todo tipo, desde tocamientos indeseados y acoso sexual hasta violaciones, violencia y amenazas físicas”, afirmó el abogado Joshua Aylward en el comunicado. “Estas demandas colectivas darán voz a estas mujeres, muchas de las cuales han tenido demasiado miedo de hablar por temor a perder sus empleos o a sufrir represalias en el lugar de trabajo”.
Un informe publicado el mes pasado por Río mostró que el 39% de los trabajadores encuestados por la segunda minera más grande del mundo habían sufrido acoso en un período de 12 meses, frente al 31% en 2021.
Dos años después de que Rio se comprometiera a abordar las culturas tóxicas que disuadían a las mujeres y a los no blancos de trabajar en la industria minera , los detalles de una encuesta a más de 10.000 empleados pusieron de manifiesto los desafíos que aún enfrenta la empresa. Las tasas de acoso sexual y racismo que informaron los encuestados no variaron respecto de tres años antes y afectaron al 7% de los trabajadores encuestados en países como Australia, Estados Unidos, Canadá, Mongolia y Nueva Zelanda.
Mientras tanto, BHP tuvo 417 denuncias de acoso sexual en el año hasta junio.
En 2022, el gobierno de Australia Occidental (el estado con mayores recursos del país, con enormes proyectos de extracción de mineral de hierro y gas licuado nacional ) publicó su propia investigación histórica. El informe del gobierno descubrió docenas de casos impactantes de presunto acoso y abuso sexual de trabajadoras en empresas como Woodside Energy Group, Fortescue Group y Chevron.
La industria ha visto aumentar la presión de los inversores, los gobiernos y la sociedad para abordar sus impactos en las comunidades locales y el medio ambiente en general . Uno de los objetivos ha sido crear un entorno de trabajo más seguro para las mujeres y las minorías, en particular en los sitios mineros remotos donde el llamado personal fly In-fly Out trabaja durante varias semanas seguidas.
JGA Saddler no indicó en su declaración cuántas mujeres estaban actualmente involucradas en las demandas colectivas. Dijo que las mujeres que fueron objeto de acoso o discriminación mientras trabajaban en un lugar de trabajo de BHP o Rio desde noviembre de 2003 eran elegibles para participar, y las empresas estarán legalmente obligadas a comunicarse con todo el personal femenino con detalles sobre cómo unirse a las demandas colectivas.
Las demandas colectivas existen en Australia desde hace casi tres décadas y se están volviendo más comunes en los regímenes jurídicos fuera de los EE. UU. Permiten que individuos particulares se presenten en nombre de un grupo, generalmente para exigir algún tipo de compensación financiera .
Según un informe de 2018 respaldado por el gobierno, cada año se presentan unas 15 demandas colectivas en el Tribunal Federal de Australia. El informe determinó que entre 2004 y 2017, el 60 % de los procedimientos se resolvieron mediante un acuerdo de conciliación aprobado judicialmente, el 11 % fueron desestimados por el tribunal y el resto se suspendieron antes de que se emitiera un fallo.
M&D con información de Bloomberg.
