Los procesos inflacionarios a nivel mundial están complicando cada vez más a los proyectos mineros que quieren entrar en la etapa de construcción y a las minas que ya están en operación. Según una investigación de CostMine, que brinda servicios de estimación de costos de minería, nunca ha sido más costoso operar o construir una mina. En ese contexto, ¿en qué gastos afecta más la inflación?
A fines de noviembre, Michael Sinden, vicepresidente de datos del sitio The Northern Miner Group, presentó datos de inflación en el Simposio de Minería Canadiense en Londres, que muestran que los gastos operativos y de capital de la minería están alcanzando máximos de 20 años.
Sinden señaló que estos datos no son una gran sorpresa dado el clima económico actual, pero hay más en la historia. “No hay duda de que los costos de la mina están aumentando y continuarán haciéndolo, pero la capacidad de identificar de dónde proviene la inflación y la capacidad de mitigarla es fundamental”.
Tal como publica el sitio The Northern Miner, Los gastos de operaciones de molienda y superficie experimentaron el mayor aumento debido a la exposición a los costos de combustible y electricidad, materias primas, reactivos, medios de molienda y revestimientos. La mayor parte de los costos provienen del combustible, los explosivos, los productos químicos y la electricidad, o como dice Sinden: “Todo lo relacionado con los hidrocarburos está inflando los costos en una mina”.
Los gastos de capital subterráneos y de molienda son una fuente grave de inflación, ya que las minas más profundas y los costosos equipos de molienda están elevando los costos. Desde 2015, los costos han aumentado un 7 % sobre la base de una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) o un 60 % compuesto durante este período.
Cuando se trata de mano de obra, los costos no son el problema, al menos no todavía, según muestran los datos de CostMine. La tarifa por hora para la mano de obra en las minas con sede en EE. UU. solo está aumentando a una CAGR compuesta de 2,8% a 3,5% y los salarios están creciendo a una CAGR de 2,9 a 3,9%.
Todo esto llega en un momento en que la demanda de metales se está acelerando debido a una transición energética intensiva en minerales y metales y un mayor escrutinio de la propia huella de carbono de la industria minera.
Impacto en San Juan
Esta situación permite entender algunas de las complicaciones que está teniendo por ejemplo Lundin en la construcción de la mina Josemaría, que fue valuada en forma original en 4100 millones de dólares. A lo que se agregaron otros problemas, pese a contar con la Declaración de Impacto Ambiental desde abril pasado y que hoy se encuentran demoradas también por la falta del IIA para el camino de acceso y la línea eléctrica.
También se puede ver en forma clara en las decisiones tomadas por Hualilán y Los Azules para el desarrollo de sus proyectos, que evalúan hacerlos de forma escalables para garantizar construcción, inversión y retornos a los accionistas, lo mismo que la gestión de un menor impacto ambiental.
De allí que el Gobierno de San Juan haya puesto en marcha herramientas financieras que ayuden al desarrollo de los proyectos, tales como el reconocimiento de inversiones en infraestructura como anticipo de futuras regalías.
Por otra parte, esta situación global impacta en las dos minas en operación en la provincia. Tanto el CEO de Barrick como el de Mineros expusieron en reiteradas oportunidades las dificultades por las que atraviesan las minas Veladero y Gualcamayo por el aumento en los costos operativos, solo amortiguadas por el incremento del precio del oro.
Minería & Desarrollo.