El proyecto de cobre ubicado en Salta que promete transformar la realidad económica y minera de Argentina junto a Josemaría de San Juan y Agua Rica en Catamarca y Josemaría en San Juan, se encuentra expectante ante la política nacional y espera la pronta aprobación del Informe de Impacto Ambiental (IIA) para la explotación. “Ya contamos con total certeza de los recursos, como se van a explotar, y qué se debe hacer. Se tiene que definir el momento de la construcción, eso es Taca Taca al día de hoy”, indicó el presidente de Corriente Argentina S.A. -subsidiaria de First Quantum, Carlos Ramos.
El ejecutivo precisó en una entrevista a Panorama Minero que están trabajando en cuestiones de infraestructura, relacionadas con la línea de alta tensión, en el camino alternativo y en algunas reparaciones o puestas a punto del tren. “Un conjunto de cuestiones del orden de los US$280 millones que ya están contempladas dentro de la inversión de Taca Taca”, precisó.
Taca Taca es una mina que producirá entre 200.000 y 250.000 toneladas de cobre por año, las que serán exportadas. La compañía ya se encuentra en la gestión de la autorización ambiental para todas las obras, lo que incluye el trámite del Informe de Impacto Ambiental para la explotación, así como una serie de estudios pedidos por la autoridad en relación a cuestiones geotécnicas. “Nos encontramos a la espera de las aprobaciones de los IIA relacionados con el tendido eléctrico y camino alternativo”, aseguró.
Además, están realizando un plan intensivo de exploración del recurso agua que necesitará la planta, y luego se pedirán los permisos de concesión de agua para la explotación.
“Se depende más de algunas cuestiones o medidas que necesitamos del gobierno nacional que de los permisos informados: los trabajos ya están presentados, y lo que hacemos en esta instancia es proveer más información conforme a lo que se nos pida. Pero hay cuestiones estructurales en cuanto a la viabilidad económica del proyecto que deben ser resueltas en una negociación a nivel nacional”, declaró el Ramos.
El ejecutivo insistió con que es necesario tener libre disponibilidad de un porcentaje de las divisas generadas por las exportaciones. “La construcción será financiada totalmente por la empresa a través de financiamiento internacional: esto significa el ingreso de dólares que se destinarán a la construcción, pero luego existen repagos de créditos y una serie de importaciones ineludibles, por lo que cuándo comencemos a exportar necesitamos que se nos provea de las divisas, al menos de una parte adecuada y razonable. Si tomamos una fotografía de hoy, existe una serie de trámites muy complejos, y no tenemos seguridad para lograr una provisión en parte de esas divisas. Esto tiene que estar claro, seguro y resuelto”, reclamó.
Por otra parte, destacó que es necesario modificar las retenciones y que sería ideal poder trabajar con la cuestión del IVA en la construcción, porque ese impuesto se puede pagar y tal vez no recuperar por un plazo de 3 años.
“Necesitamos, fundamentalmente, de una estabilidad fiscal muy seria que sea respetada a rajatabla y que no sea debatida a posteriori. Este tipo de cuestiones son muy elementales y a la vez fundamentales para la decisión de la puesta en marcha, y en eso estamos trabajando: hablando con el gobierno nacional y provincial. Necesitamos avanzar, y que todas estas cuestiones estén definidas en un marco de seguridad”, sentenció.
Para Ramos, resolver estas cuestiones es fundamental para la continuidad del proyecto cuprífero. Si eso sucede, podría hablarse de construcción en 2022.
“Con el aporte de Taca Taca, Salta se transformaría en una provincia minera. En este momento Argentina están exportando unos US$2.600 a US$2.800 millones de minerales anules; en algunos momentos Taca Taca estará exportando US$2.500 millones por propia cuenta. Taca Taca producirá algo así como el 20% del cobre de EE.UU: esto marca la dimensión y volumen de este emprendimiento”, concluyó.
Minería & Desarrollo con información de Panorama Minero.