«La pandemia en nuestro país está ahora en su punto más devastador», dijo ayer el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.
«A medida que el país regresa al trabajo después del receso festivo, es esencial que todos los lugares de trabajo se aseguren de que continúen teniendo protocolos de seguridad y que se cumplan rigurosamente».
Sudáfrica entró en un bloqueo nacional en marzo del año pasado para detener la propagación del COVID-19, y la industria minera del país tardó meses en recuperarse .
El sector había implementado medidas de mitigación de COVID-19 y se implementaron regulaciones vinculantes en mayo, luego de acciones legales para proteger a los trabajadores por parte de la Asociación de Trabajadores Mineros y Sindicato de la Construcción.
Desde el día de Año Nuevo, Sudáfrica ha registrado casi 190.000 nuevas infecciones por coronavirus y más de 4.600 muertes por COVID-19, dijo Ramaphosa.
Ayer se informaron más de 15.000 nuevos casos y 416 muertes, lo que eleva los totales acumulados a 1.246.643 y 33.579 respectivamente.
En el sector minero, el número acumulado de casos positivos ha llegado a 21.627, según cifras dadas a conocer ayer por el Consejo de Minerales de Sudáfrica.
El número de casos activos aumentó a 981, frente a los 678 en la actualización del viernes del consejo.
El número de muertos de la industria por la pandemia había llegado a 200 justo antes de Navidad y aumentó de 211 el viernes a 215 ayer.
Sudáfrica tiene el número 16 más alto de casos, con un recuento mundial de más de 90,7 millones según la Universidad Johns Hopkins de hoy.
Mining Journal/ Minería & Desarrollo.
