Por Grupo Sarmiento.
Los seis gobernadores de la Patagonia, nucleados en el bloque regional Provincias Unidas del Sur, acaban de solicitar la continuidad de YCRT tal cual la mantuvieron todos los argentinos hasta el día de la fecha. Con subsidios y sin importar que produce ni cómo se lo hace.
Proponen “un acuerdo de productividad que salve al Complejo, en el que TODOS hagamos un esfuerzo para producir más, producir bien, generar energía y comercializar el carbón, cuyas reservas nos permiten contar con stock suficiente para 500 años”.
Adelante señores gobernadores, el complejo es de Ustedes, y los costos también. Basta de que corrupciones, inoperancias y subsidios las sigan pagando hasta quienes no tienen para alimentar a sus propios hijos.
Gustavo Melella; Claudio Vidal; Ignacio Torres; Sergio Ziliotto; Rolando Figueroa; y Alberto Weretilneck deberían empezar a llamarla “YCRT de los gobiernos patagónicos”, en lugar de “YCRT de los argentinos”. Lo único de YCRT que es de los argentinos, es la plata que todos siguen poniendo de sus propios bolsillos.
Expresan además: «tanto la Central Térmica como el Yacimiento y las minas de carbón fueron alguna vez -y pueden serlo ahora- rentables”.
¿Pueden decirle al país cuando ocurrió eso, en qué año fueron rentables? Es de público conocimiento que la Usina 240MW a dos meses de la puesta en marcha en plena campaña electoral del 2015, por orden y apuro político de la Presidente Cristina Kirchner, la rompieron.
Hoy sigue pasando lo mismo, la ponen en marcha y se rompe. Mientras tanto y desde entonces más de 100 empleados con sueldos de Luz y Fuerza, seguridad privada, gastos de mantenimientos, insumos y otros servicios corren a cuenta de los argentinos. Pero como están convencidos que es un negocio rentable para 500 años, adelante con el mismo. Que con las 700 toneladas diarias de cenizas que produciría un módulo de generación, fabriquen bloques y ladrillos como proponen.
Bienvenido el diálogo fraterno como pretenden, que se preserve y defienda el interés común de la Patria. Ese interés entendido como bien común no se logra manteniendo privilegios, ni con subsidios.
Llama la atención que un gobernador con la industria minera prohibida en su provincia se defina a favor de mantener una empresa de carbón y una Usina del gobierno nacional totalmente deficitarias. Al mismo tiempo rechaza la posibilidad de producir minerales críticos como la plata y el uranio en la suya generando riquezas. Sacrifica entusiasmado a los habitantes de la Comarca más extensa, menos habitada y con miserias humanas expuestas. Es prioritario para él YCRT, y no la necesaria sustentabilidad humana en nuestro planeta.
Pero eso puede resolverse rápidamente, transfiriéndoles la Usina de 240MW, el complejo minero ferro-portuario, instalaciones, todos sus activos y más de 2.000 trabajadores a las seis provincias que solicitan que no se privatice YCRT. Que aprovechen ese gran negocio que nos cuentan, es decir, generar energía, vender carbón y hacer ladrillos con las cenizas de la Usina.