El gobierno salteño apuesta a que la industria minera sea la llave para darle continuidad a algunos de los proyectos en construcción, según declaraciones del titular de la empresa estatal Remsa (Recursos Energéticos y Mineros de Salta), Alberto Castillo.
La fuente de financiamiento de Remsa es, justamente, la producción minera que el año entrante crecerá exponencialmente con la puesta en marcha de al menos dos de las tres primeras plantas de litio que funcionarán en Salta.
«Lo más importante es que tenemos el compromiso del sector minero para seguir con las obras en rutas, electricidad y gasoductos«, dijo Castillo en una entrevista con Radio Salta.
De igual manera, manifestó que espera una continuidad en las obras públicas financiadas por Nación que son vitales para el desarrollo de la minería, como es la pavimentación de la ruta nacional 51, entre San Antonio de los Cobres y el límite con Chile.
«El resto de las obras realizadas por Remsa va a seguir adelante siempre que tengamos la posibilidad de licitar», advirtió el directivo, en referencia a los inconvenientes que existen por la coyuntura económica nacional, en la cual las empresas constructoras no tienen precios de referencias para sus presupuestos.
El grueso de los actuales recursos de Remsa provienen de las concesiones que se pagan para administrar los catastros mineros (que son propiedad del Estado salteño). A eso se suma la cuota que recibe la empresa por la participación en regalías (del 3,3%) que tiene de la producción eléctrica del parque fotovoltaico de Olacapato.
A partir de 2024, cuando empiecen a producir las plantas de litio que ahora están en construcción en la Puna salteña, la empresa participará de las ganancias que generen, bajo la figura que se conoce como «NSR», siglas en inglés que significan retorno neto de fundición. Se trata de una regalía que se cobra de acuerdo con el valor de salida del producto minero en boca de mina.
Minería & Desarrollo con información de El Tribuno.