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Sale Kulfas, entra Scioli. ¿Barajar y dar de nuevo en Minería?

Por Miguel Martín

El exministro Matías Kulfas salió eyectado del gobierno nacional y la minería en San Juan (y en Argentina también) se pregunta qué es lo que vendrá con Daniel Scioli.

No interesa explayarse si hay o no corrupción en el gasoducto Néstor Kirchner como mando a decir en estricto “Off” el exministro, o si estos volantazos hay que analizarlos solo como un movimiento de piezas en donde el presidente solo busca congraciarse con Cristina sin medir las consecuencias -puertas adentro y hacia fuera- de un mandato que expone serias y graves dificultades a la hora de encontrar o mostrar un plan.

La primera consideración que habría que decir es que Daniel Scioli conoce San Juan y no hay que explicarle la minería o de otras actividades locales. Tiene un aceitado relacionamiento con Sergio Uñac, lo tuvo con José Luis Gioja además de con los miembros de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de algunos pares de la UISJ.

Debe ser uno de los dirigentes políticos del PJ que más veces visitó la provincia y siempre reivindicó y defendió a la actividad minera como motor de crecimiento y desarrollo. Incluso cuando fue candidato a presidente en el 2015 no dudó en participar en un seminario minero que aquí congregó a gobernadores y gremialistas para apoyar la actividad.

En contra le juega que asume en una estructura política en donde buena parte de la dirigencia debería dar un paso el costado –decimos debería, porque en política las renuncias potenciales y la moral nunca van de la mano, mucho más sabiendo como dijo nuestro colega Daniel Bosque durante el fin de semana que el área minera estrenaba desde hace un par de semanas a dos “nobeles expertos” funcionarios mineros en su equipo, uno de 22 y otro de 20 años- poner a hombres de su confianza, tomar nota de los desafíos, reunirse con el sector privado y trazar un plan. Eso en política minera, todos lo sabemos, es mucho tiempo.

Mucho más ahora que también se conoció que el nuevo ministro asumiría el próximo 13 de junio, después que haya ordenado la Embajada en Brasil y cuando haya cerrado sus puertas la feria PDAC de Toronto, la más importante del planeta minero.

Allí todos saben y piensan, pero tampoco lo dicen, que este tipo de cambios lo único que muestran a los inversores es la “inestabilidad” política que rodea a la Argentina. La peor palabra que se puede incluir en una charla cuando se van a gestionar miles de millones de dólares para proyectos mineros en desarrollo y que como se sabe, se requieren pagar en una decena de años.

Ahora algunos de esos slides que llevaba la delegación argentina de Kulfas se van a mezclar con los de la secretaria de Minería de la Nación, Fernanda Ávila y las del ministro de Economía Martín Guzmán. A todos les costará explicar y que les crean, lo que va a pasar con la Minería en esta segunda etapa de la gestión del presidente Alberto Fernández.

Es tan endeble la política económica nacional que la salida de un ministro de la producción abre interrogantes de lo que va a pasar en todos los sectores de la economía nacional, el área más castigada por las actuales autoridades, pese a que la secretaría de minería de la Nación no tendría cambios ya que su titular Fernanda Ávila cuenta con el padrinazgo político del gobernador de Catamarca y del propio presidente Alberto Fernández.

En ese marco Scioli tiene un largo listado de reproches, pedidos de auxilio y advertencias de todo tipo, los más urgentes para la minería metalífera tienen que ver con la necesidad de contar un marco tributario y cambiario racional que permita asegurar inversiones como las de Josemaría, Taca Taca o como las que viene realizando Veladero con la ampliación de su valle de Lixiviación.

La minería oficial

La minería oficial tiene una extraña característica: se presentan y se hunden los planes con una extraña facilidad.

Cada 4 ó 5 meses hay que estar preguntando si están vigentes, si alguien los impulsa o si viene en carpeta uno nuevo y mejor. Así paso con el Plan Estratégico para el Desarrollo Minero Argentino que elaboró Alberto Hensel y que destruyó el mismo Kulfas y ahora no se sabe que es lo que va a pasar con la Memac y el Siacam presentados el mes pasado (la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad y el Sistema de Información Abierta a la Comunidad sobre la Actividad Minera en Argentina). Habrá que ver que hace Scioli y no tanto lo que dice.

Es que en Argentina nos hemos acostumbrado demasiado a creer que estamos en el Paraíso por los discursos y no logramos salir del Purgatorio, aunque cada vez muchos sentimos que estamos transpirados y hace mucho calor.

Scioli sabe que la minería es un complejo exportador que puede generar millones de dólares y trabajo para los argentinos. Y que el apoyo que reclama ayudará a respaldar y fortalecer el federalismo productivo de las provincias.

Así lo impulsó siendo embajador de Argentina en Brasil y llega a este cargo habiendo logrado que se destraben las importaciones de insumos desde ese país para las empresas automotrices locales.

Lo mismo que se reanuden las exportaciones de uvas sanjuaninas sin bromurar a Brasil merced a las gestiones que llevó adelante para poner fin a las restricciones impuestas por el país vecino.

Fernández lo designó como embajador en Brasil para manejar la relación con el principal socio comercial del país que se prefiguraba como conflictiva bajo la presidencia del derechista Jair Bolsonaro, pero Scioli supo mantener desde Brasilia una relación protocolar que aseguró la continuidad del vínculo comercial con el país vecino

El kirchnerista manso y tranquilo

En 2003 acompañó a Néstor Kirchner en el camino hacia la Casa Rosada como candidato a vicepresidente. A pesar de las diputas internas que lo envolvieron en los doce años que gobernó el Frente para la Victoria, nunca se alejó del espacio.

Al hombre nacido el 13 de enero de 1957 y que vivió sus primeros años en el barrio porteño de Villa Crespo, muchos políticos y empresarios lo imaginaron enfrentado con Cristina Fernández cuando ejercía la presidencia, sin embargo, fue ella quien lo ungió como candidato a presidente en 2015.

En los días finales de la campaña electoral de cara al balotaje, protagonizó un memorable debate con Macri, en el que anticipó muchas de las medidas que tomaría en el gobierno el líder del PRO, como el retorno al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los despidos en el sector público y privado que se sucedieron en el gobierno de Cambiemos.

Volvió a la Cámara de Diputados en las elecciones legislativas de 2017, cuando ocupó el quinto puesto en la lista de candidatos de Unidad Ciudadana, que llevó como postulante a primera senadora a Cristina Fernández.

Alberto Fernández lo invitó a presenciar el primer debate presidencial de cara a las elecciones de 2019, y al mirar a cámara señaló a Macri y le espetó: «Hace cuatro años, hubo un candidato que mintió y otro que dijo la verdad. Uno está en este escenario, y el otro se encuentra en el auditorio».

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