La legislatura de El Salvador revocó esta semana una prohibición de siete años a la minería de metales, una medida que el presidente Nayib Bukele había impulsado para impulsar el crecimiento económico, pero a la que los grupos ambientalistas se habían opuesto. En medio de premoniciones de cataclismos y pobreza generalizada para frenarla.
El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en prohibir todas las formas de extracción de metales en 2017. Bukele, quien asumió el cargo en 2019, calificó la prohibición de absurda.
Los 57 aliados de Bukele en la legislatura de 60 escaños del país centroamericano votaron a favor de la legislación del presidente para revocar la prohibición.
La legislación otorgará al gobierno salvadoreño autoridad exclusiva sobre las actividades mineras dentro del territorio terrestre y marítimo del país.
“Al crear una ley que pone al Estado en el centro, estamos garantizando que el bienestar de la población esté en el centro de la toma de decisiones”, dijo la diputada Elisa Rosales, del partido Nuevas Ideas de Bukele, en un discurso ante la legislatura.
La nueva legislación prohíbe el uso de mercurio en la minería y pretende declarar algunas zonas incompatibles con la minería de metales como reservas naturales protegidas.
Se espera que la economía de El Salvador crezca un 3% este año, según el Fondo Monetario Internacional, pero tiene una pesada carga de deuda que alcanzó un nivel de alrededor del 85% del producto interno bruto a principios de este año.
Bukele, que goza de gran popularidad entre los votantes después de una ofensiva contra las pandillas, ha promocionado el potencial económico de la minería para el país de aproximadamente 6 millones de personas.
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