En el marco de las políticas provinciales orientadas a la mejora de la calidad de vida en comunidades ubicadas en zona de influencia minera, se llevó a cabo una nueva jornada de los espacios intersectoriales de trabajo entre Estado y sector privado, destinados a organizar y avanzar en la planificación estratégica de los proyectos de inversión social en comunidades.
Además de miembros de las áreas institucionales de las empresas mineras que operan en Calingasta, Jáchal e Iglesia, en esta ocasión participaron representantes de secretarías pertenecientes a los ministerios de Turismo y Cultura, y de Producción, Trabajo e Innovación.
La presencia de ambas secretarías (Secretaría de Turismo y Secretaría de Agricultura, Ganadería Agroindustria) respondió a la necesidad de ampliar el eje económico dentro de la planificación estratégica, reconociendo su rol clave en la diversificación productiva, la generación de empleo y el fortalecimiento de las economías regionales.
El eje económico es uno de los cuatro ejes establecidos por el Consejo para la Planificación Estratégica de San Juan (CoPESJ), -desarrollo económico, social, ambiental y territorial-, que constituyen los pilares de base para articular las políticas públicas y privadas con impacto directo en la calidad de vida de las comunidades.
“En este último encuentro resultó muy importante la presencia de referentes de los ministerios de Turismo y de Producción, porque nos permitió establecer lineamientos de trabajo, conforme al eje económico y desde allí la construcción y orden de acciones futuras a desarrollar”, destacó Mariana Azcona, directora de Desarrollo Minero Sustentable del ministerio de Minería y quien lidera estos encuentros.
Desde 2024, el Gobierno de San Juan, a través del Ministerio de Minería y en coordinación con el CoPESJ, impulsó una serie de encuentros intersectoriales en los departamentos de Jáchal, Calingasta e Iglesia, y en el marco del Plan Estratégico provincial. Estas instancias permitieron identificar necesidades prioritarias en áreas como salud, educación, infraestructura, agricultura y turismo, y orientar la inversión social minera hacia proyectos concretos y de alto impacto. A partir de estas experiencias, se establecieron los ejes y permitieron consolidar un modelo de trabajo colaborativo entre el Estado y las empresas mineras.