Preocupa la sequía y el estado de las cuencas subterráneas en San Juan

El especialista en temas relacionados con el manejo del agua, Oscar Dölling, se refiere al escenario de sequía en San Juan. “El acuífero subterráneo es finito y si lo sobreexplotamos estaremos en graves problemas”, advierte.

Se muestra muy preocupado, y su conocimiento y experiencia en temas referentes al manejo de un recurso escaso como es el agua en San Juan, lo habilitan a trazar argumentos que sustentan su preocupación. El Dr. Ing. Oscar Dölling, responsable del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, habla de ciclos consecutivos secos; menciona el fenómeno La niña; dice que los acuíferos subterráneos son finitos; refiere al cuidado a tener en cuenta para perforar en busca de agua; advierte sobre el peligro de las perforaciones clandestinas. Motivos para actuar ya.

De todas maneras, dice que el agua para consumo humano está garantizada. Igual, apela a la ciudadanía: “Hasta un simple sapito usado media hora, riega mejor y más eficiente que dejar abierta la manguera tres horas para que se inunde el jardín”.

– Es verdad que los diques están ahí para demostrar el bajo nivel del agua, pero ¿cuán grave es la sequía en la provincia?

-La sequía en San Juan es muy grave por dos factores principales. Primero, porque el agua disponible tanto superficial como subterránea es escasa y lo seguirá siendo a futuro cercano. San Juan lleva ya una década de escurrimientos bajos; especialmente en los últimos tres años este déficit observado respecto a valores típicos históricos es muy marcado. Se suma a esto una falsa sensación de seguridad por la capacidad de almacenamiento de nuestro sistema. Si bien los embalses de Caracoles, Punta Negra y Ullum nos dan un margen de seguridad interesante que antes no existía, si derrochamos el agua de riego el margen de seguridad de los embalses lo perdemos en tan solo tres años.

– ¿Cómo se derrocha el agua de riego?

-Hay varias formas de derroche de agua de riego. Por un lado, el derroche en distribución por el mal estado actual del sistema de canales principales y secundarios. Hoy día no contar con compuertas automáticas, con dispositivos que midan el caudal en forma exacta, canales perfectamente impermeabilizados, sistemas de medición a tiempo real y en forma continua, con datos cada media hora, y sistemas automáticos de distribución, hace que las ineficiencias en distribución alcancen a valores del 50%. O sea que un 50% del agua que sale de los embalses no llega nunca a nuestros regantes.

-Y los regantes también deben hacer su aporte…

-Los regantes deben entender que es necesario, casi imperioso diría yo, que transformen cuanto antes sus sistemas de riego interno, deben ahora darse cuenta que, si aquellos que no lo hicieron antes no cambian la forma de regar, el ciclo 2021-2022, que será también seco porque transitamos hoy un fenómeno de La Niña, les jugará a muchos una mala pasada. Es decir, ya no habrá agua en los embalses que les garantice el 100% de los requerimientos de riego actuales. La luz del semáforo de riesgo hídrico pasó de amarillo, en 2020, a rojo en 2021. Pido, y creo que la habrá, racionalidad y responsabilidad tanto en el gobierno como en los propios regantes para afrontar lo que se viene.

– ¿El Río San Juan trae menos agua que lo que habían previsto los pronósticos?

-Nuestros pronósticos del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la UNSJ, y usted puede revisar informes periodísticos de noviembre del año pasado, nos arrojaban entre 631 Hm3 mínimo y con un valor más probable de 691Hm3. Hoy, el Departamento de Hidráulica dice que podríamos cerrar el ciclo 2020-2021 en 640 Hm3, es decir, dentro del margen de lo que nosotros habíamos pronosticado. Lamentablemente, se decidió usar más agua del sistema de embalses de la que es aconsejable si pensamos en el largo plazo.

– ¿Hay nieve en la Cordillera pero las bajas temperaturas no permitieron el derretimiento?

-No lo creo, el proceso de derretimiento ha sido prácticamente el esperado normal. El factor principal que motiva los bajos escurrimientos son las escasas nevadas durante el 2020 y el hecho de que los dos ciclos anteriores hayan sido también de escasas precipitaciones nivales, esto motiva que las cuencas cordilleranas se vacíen.

– ¿Cómo es eso del vaciamiento?

-Se vacían las lagunas naturales de cordillera, se vacían las vegas, se vacían las cuencas subterráneas de cordillera por falta de aportes superficiales. A esto en hidrología se lo conoce como «humedad antecedente» muy baja, es decir, las cuencas cordilleranas arrancaron el ciclo 2020-2021 prácticamente secas. Esto implica inevitablemente que parte del derretimiento de este ciclo naturalmente se quede en cordillera para realimentar las lagunas superficiales y cuencas subterráneas y los caudales de ingreso al sistema de embalse disminuya considerablemente. Es un proceso natural de ciclos consecutivos secos.

-Se harán más perforaciones para obtener más agua…

-El plan de la Provincia es hacer perforaciones para complementar el riego superficial. Esto no está mal como un «parche» de emergencia, pero no es la solución real. El acuífero subterráneo es finito y si lo sobreexplotamos estaremos en graves problemas. Se debe siempre tener en cuenta que cada vez que usamos el agua subterránea estamos generando un gran desequilibrio en el balance hídrico de la cuenca. Lo que debe tenerse mucho cuidado es de perforar con todas las tecnologías necesarias para que los acuíferos superficiales libres no se comuniquen con los acuíferos semiconfinados o confinados, más profundos, ya que los primeros suelen estar contaminados con diferentes químicos y sales, como nitratos. Si usted los comunica, pierde la calidad de los profundos también. El problema más grave en este sentido son las perforaciones clandestinas ya que no se sabe cómo se hico el pozo, ni cuánto está extrayendo, esto debe controlar muy de cerca Hidráulica. El agua subterránea no es privada, es un bien de uso público regulado por el gobierno.

– ¿Dónde hay que hacer perforaciones?

-El problema más grave no es donde se hacen sino a qué profundidad se hacen. Volvemos al tema del desequilibrio y la sobreexplotación. Extraemos en un segundo, con una bomba de pozo profundo, lo que la naturaleza tardó en algunos casos miles de años en almacenar allí. Esto no es menor, hoy la sobreexplotación de los acuíferos en el valle de Tulum, Ullum y Zonda está a la vuelta de la esquina. Están extrayendo de 120 metros de profundidad o más, miles de perforaciones sin control. También desde la UNSJ lanzamos esta advertencia el año pasado. El uso del agua de los acuíferos debe ser muy bien controlada. Casi podríamos decir que estamos presenciando en San Juan la depredación de nuestros acuíferos. No es posible agotar un acuífero y pensar que se puede recargar también en un segundo. Si usted extrae de 120 metros de profundidad agua de altísima pureza, debería, si quiere un uso racional y sustentable, reponer ese mismo volumen de agua, en ese mismo tiempo y con esa misma calidad para mantener el balance de un acuífero. Hacer eso es casi imposible, debería usar una bomba para inyectar todo lo que extrajo con la misma calidad y en el mismo punto de extracción.  El daño que se produce es tremendo. Yo sólo justifico el uso de agua subterránea en casos muy extremos de vida o muerte, como agua potable o suministro de agua para riego en poblaciones que no tengan acceso a agua superficial ni lluvias. Pero usar agua subterránea para regar mientras derrochamos por ineficiencia aguas superficiales que nos llegan por gravedad, no tiene sentido, es una falta total de criterio hídrico y económico, porque además debe usarse energía sin necesidad.

– ¿Cree que el agua para consumo humano está garantizada?

-Sí claro, la prioridad 1 en el Código de Aguas, en nuestras leyes provinciales y en el Código Civil de la Provincia y de la Nación, así lo garantizan. No cumplir con esto está penado severamente por ley. OSSE debe garantizar la provisión de agua a la población, para ello cuenta con planta de tratamiento de aguas superficiales extraídas de los embalses y pozos de agua subterránea con control de calidad. Se estima que aproximadamente la dotación entre ambas fuentes es del 50%, y del 50% cada una. Aquí vale una recomendación a la población. En esta época de sequía extrema, tender a transformar sus sistemas de riego de jardines a riego por aspersión, goteo, hasta un simple sapito usado media hora riega mejor y más eficiente que dejar abierta la manguera tres horas para que se inunde el jardín. Tratemos de no derrochar un bien tan preciado como lo es el agua potable.

Fabián Rojas, Revista de la Universidad Nacional de San Juan/ Minería & Desarrollo

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