El comunicado que emitió en Colombia la empresa Mineros respecto a los 300 despidos que hará en su mina Gualcamayo, en San Juan, es una de las peores prácticas de comunicación minera en el mundo y es fácil advertir que tendrá sus consecuencias.
Solo vale aclarar que, si un hecho de esta naturaleza se hubiera dado en Canadá o en EEUU, lloverían las sanciones y golpearía en el precio de las acciones y el valor de la compañía.
Priorizar la comunicación a las bolsas de un anuncio de este tipo impone una situación muy complicada a quienes aquí “dan la cara” y que son quienes resaltan el “compromiso” que tienen con sus comunidades.
La información que difundió Minería & Desarrollo con el destrato a las comunidades que alojan a esos futuros trabajadores despedidos llegó a muchos de los reguladores de la minería a nivel mundial en donde se sabe de los impactos de este tipo y en donde valoran los procesos de participación ciudadana y la entrega de información de la comunidad.
Plan de cierre
El anuncio de los despidos se da en el marco de un proceso de cierre de mina presentado por la empresa Mineros para su mina Gualcamayo hace tres años atrás, lo que lo hubiera obligado a trabajar en un plan social que incluyera no solo una indemnización, sino también un compromiso para capacitarlos o entrenarlos en nuevas habilidades.
Sorprende también que ninguno de los sindicatos mineros que representan a estos trabajadores haya fijado una posición ante tremenda decisión.
Pareciera que todos miramos para otro lado y esperamos que Josemaría, Pachón, Astudillo, Uñac, o el Espíritu Santo nos ayuden a cambiar la triste situación por la que en algunos aspectos pasa la minería sanjuanina. Mientras tanto, habrá que seguir leyendo la información de Gualcamayo en los portales colombianos.
Minería & Desarrollo.
