El anuncio se desprende del acuerdo que la provincia firmó con la empresa china CRRC y el gobierno nacional para rehabilitar la línea de cargas “San Martín” desde Albardón a Palmira en Mendoza. La provincia de San Juan aportará 41 millones de los 71 millones de dólares que requiere la obra.
Este tren de cargas es indispensable para garantizar la salida del concentrado de cobre que llegará en camiones desde la cordillera sanjuanina y hacer trasbordo en Albardón, para luego ser llevado en vagones especiales al puerto de Rosario.
La obra implicará una reducción de costos logísticos y tiempo de carga de minerales, fomentará una mayor productividad de los cultivos regionales y contribuirá con la economía de los miles de habitantes a lo largo de su traza.
El diseño de Josemaría prevé trasladar la producción de la mina en camiones de 360 toneladas hasta la ciudad de San Juan y, desde allí, en tren -casi 950 kilómetros- hasta el puerto de Rosario, en la provincia de Santa Fe, donde se embarcarán para su exportación.
Esta fue una de las condiciones que impuso el Gobierno argentino, ya que una de las alternativas que se manejaban era trasladarlos del otro lado de la cordillera de los Andes para comercializarlos a través del océano Pacífico.
Las trabas que ve la empresa
La imprevisibilidad en las reglas del juego (cambios cuasi permanentes para las empresas que invierten en el país y que luego exportarán), el cepo cambiario y los problemas financieros de la Argentina son los escollos más importantes que ve la canadiense Josemaría Resources para desarrollar su proyecto y encontrar los 3.000 millones de dólares que necesita para construir la mina de cobre, oro y plata en San Juan.
Aunque uno de los planteos que encuentra más rechazos de las autoridades es que Lundin reclama no pagar retenciones mineras en los primeros 4 años de explotación de la mina, lo que dejaría en desigualdad de condiciones al resto de los proyectos no solo de San Juan, sino también de toda la Argentina.
Desde el otro lado del mostrador los canadienses replican que no hay claridad en el porcentaje con el que se grabará a las exportaciones cuando empiece a funcionar el proyecto (retenciones), si podrá contar con acceso libre al mercado libre de cambios y la posibilidad de girar divisas al exterior para pagarle dividendos a los inversores que decidan fondear el desarrollo de la mina.
Esta situación ya la había dejado en claro implícitamente la compañía canadiense cuando presentó el estudio de factibilidad de la mina el 19 de octubre. En el documento, no incluyó los montos que podrían cobrarle de retenciones a las exportaciones, dados los cambios constantes que se han dado en el país en esa materia.
Como las actividades de su planta recién se iniciarán en varios años (podría ser a partir de 2026), a sus técnicos les resulta imposible calcular los porcentajes con el que serán gravadas sus ventas al exterior.
En la actualidad, las exportaciones de cobre deben pagar 3 pesos por dólar, mientras que las de oro y plata cuenta con una alícuota de 8% desde octubre, cuando el gobierno reglamentó la reducción que había anunciado en febrero.
La solución que ve Lundin
Directivos de la compañía, controlada por el grupo Lundin, vienen manteniendo reuniones con funcionarios de la Secretaría de Minería de la Nación hace varias semanas para explicarles el problema e intentar que se implemente un nuevo marco normativo que permita traer certidumbre a los inversores para su proyecto y que, también, sirva para todos los demás que están en carpeta.
Lo que plantea la compañía es un sistema similar al que usó la Secretaría de Energía de la Nación en el Plan Gas 4, en el que les aseguró a las compañías que quienes trajeran fondos para incrementar la producción de gas natural en el país tendrían libre acceso al mercado de cambio y podrían girar los pagos de los intereses y dividendos al exterior.
“Lo ideal sería tener los primeros cuatro años sin retenciones después de empezar a operar. Necesitamos decirles a los inversores que acordamos estas condiciones y darles la tranquilidad de que se van a cumplir. Si hay posibilidad de que el inversor pueda tener un retorno rápido de la inversión, es más fácil poder conseguir los fondos”, explicaron desde la empresa.
Por el momento, la compañía no ha realizado ningún pedido formal al respecto ante la Secretaría de Minería, pero el organismo se encuentra estudiando el proyecto y lo que requiere para ponerlo en marcha, al igual que lo está haciendo con el resto, explica una fuente cercana a la cartera controlada por Alberto Hensel que pidió mantenerse en el anonimato.
Josemaria Resources se encuentra actualmente trabajando en las reuniones preliminares con las comunidades de Iglesia y de Jáchal, la zona de influencia del proyecto.
Sin embargo, se sabe que la decisión de que la construcción del proyecto se pueda realizar dependerá de lo que se resuelva en estos diálogos que está manteniendo la empresa con el gobierno nacional.
Josemaría
El yacimiento Josemaría está ubicado a 350 km de la capital provincial y a 10 km de la frontera con Chile, sobre la cordillera frontal a 4.295 msnm. Para su construcción se calcula que requerirá de entre 3.000 y 4.000 personas para la construcción de la infraestructura, que bajaría a la mitad cuando entre en producción.
Adam Lundin, presidente y director ejecutivo de la empresa, declaró solo un par de meses, cuando anunció que aprobaban el estudio de factibilidad económica y financiera para avanzar con Josemaría que este será “uno de los pocos proyectos de cobre y oro fácilmente desarrollables en el mundo en la actualidad”.
“El estudio prevé un resultado económico atractivo que es comparable con otros proyectos de cobre y oro a gran escala que ya se están desarrollando en la actualidad. Creemos que Josemaría está perfectamente posicionado para comenzar la producción a mediados de la década, cumpliendo la creciente demanda de cobre de una economía global”, puntualizó el directivo.
La operación minera será convencional a cielo abierto, y la separación de los metales será a través del sistema de flotación, cuyo producto es un concentrado de cobre con contenido de oro y plata.
El traslado del mineral se hará al puerto de Rosario por camión y tren. La empresa y gobierno ya están avanzando en el informe de impacto ambiental y poder brindar en el segundo semestre de 2021 la declaración de impacto ambiental.
“El Estudio de Viabilidad demuestra un proyecto robusto, rápido y de bajo riesgo, con una operación a 152.000 toneladas por día durante una vida útil de la mina de 19 años, lo que arroja una producción de metal anual promedio de 136.000 toneladas de cobre, 231.000 onzas de oro y 1.164.000 onzas de plata”, mencionó el comunicado emitido en Canadá.
Desarrollo Energético/Reuters/ Minería & Desarrollo