Minería & Desarrollo
Interesante informe del Suplemento Verde del Diario de Cuyo que da cuenta de la gravedad de la sequía, pero por sobre todo porque por primera vez desde los sectores agrícolas se reconoce que la minería no tiene nada que ver con ella – algunas personas con intereses dispares desde lo económico personal, partidario hasta el idealismo extremo siguen mintiendo y metiéndose a sí mismos”, dice el informe-.
“Es importante contrastar con los datos del departamento Hidráulica realidad y ficción: Hoy sólo se consumen 30 a 40 litros por segundo en Veladero. Y un poco menos de 20 litros por segundo en Gualcamayo. En dos cuencas distintas que nada tienen que ver con el Valle del Tulum donde no existen emprendimientos mineros en cordillera. Veladero en la cuenca del río Jáchal y Gualcamayo en la del río Bermejo”.
“Actualmente, con graves restricciones, se entrega a los regantes del Valle del Tulum 35 hectómetros cúbicos por segundo. Esto es 35 mil litros de agua por segundo para regar. Lejos está ese volumen de los 30 a 40 litros por segundo de la mina iglesiana y de los 20 litros por segundo de la jachallera”, resalta el documento del Suplemento Verde del Diario de Cuyo.
El informe destaca también que los diques están un 10% debajo de su volumen mínimo de seguridad y que corren serio riesgo de operatividad: sus válvulas de descarga de fondo están expuestas a ser sepultadas por aluviones de verano y cierra con una frase lapidaria que da cuenta que queda muy poca agua para aprovechar.
El informe
“En el año 2009 Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO comenzó trabajar seria y persistentemente en la necesidad de cuidar del agua en un desierto como el sanjuanino, donde en los últimos 10 años ha visto reducir su superficie cultivada de unas 114 a 57 hectáreas aproximadamente”.
“Entonces ya se sabía, por investigaciones de expertos en climatología como Germán Poblete, que venían ciclos de extrema sequía como el que comenzó el año pasado y, según el doctor Oscar Dölling, alcanzará su ápice hacia el 2025 y se normalizaría hacia el 2031”.
“Nos guste o no, la sequía puede ya calificarse de dramática para San Juan. El pasado lunes el ingeniero Oscar Alejandro Coria, director de Hidráulica, confirmó una grave situación: «Hoy el volumen almacenado en los diques construidos sobre el río San Juan es de 217 hectómetros cúbicos». El dato es frío pero durísimo, «el volumen mínimo de seguridad y operatividad en condición de sequía extrema es de 241 hectómetros cúbicos».
Dicho en criollo, «las represas corren riesgo de ser inutilizadas para siempre por no albergar el agua necesaria para soportar potenciales aluviones con material de arrastre por lluvias torrenciales», propias de esta época estival según el funcionario.
Río Seco
El río San Juan está seco, «apenas han escurrido en lo que va de diciembre unos 11,52 metros cúbicos por segundo cuando el pronosticado es de 12,71 metros cúbicos por segundo, con un pronóstico de derrame para todo el ciclo anual de unos 450 hectómetros cúbicos».
Cabe recordar que el derrame necesario para todo tipo de demandas, humanas, agrícolas, industriales y mineras ronda los 1.200 hectómetros cúbicos. Es decir, agua no hay, no alcanza para cubrir el sector que más la usa, en un 93% del uso, el agro.
Distribución
Claro está que el agua hoy sólo se usa para consumo humano, arbolado público, industrial y algo de riego agrícola. Desde el 30 de noviembre pasado ya no se genera energía eléctrica en las presas.
«Actualmente del dique de Ullum salen unos 35 metros cúbicos por segundo al Valle de Tulum, mientras que de la represa Punta Negra a Ullum sólo bajan 1,73 metros cúbicos por segundo», marcó el ingeniero Coria.
Y enfatizó el funcionario finalmente: «Si uno saca la cuenta, el río San Juan sólo trae 11,52 metros cúbicos por segundo y del sistema de embalses egresan 36,7 metros cúbicos por segundo. No estamos secando, literalmente».
Tecnificar 50 mil hectáreas ahorra 329% de agua
El conversatorio virtual sobre «El Valor del agua en el desarrollo humano integral» se llevó a cabo el martes 10 de agosto del corriente año, por especial pedido del arzobispo monseñor Jorge Lozano y organizado por la Diplomatura en Gestión de Proyectos y Territorios de la Facultad de Ciencias Económicas y el Centro de Estudios para el Desarrollo Inclusivo, de la Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo) junto con la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz de San Juan y el Centro de Estudios para el Desarrollo Inclusivo -CEDI-.
El arzobispo no sólo puso por tercer año consecutivo en agenda el tema de la sequía extrema, sino que permitió generar un espacio de diálogo y encuentro que luego fuera disparador de múltiples acciones y decisiones públicas y privadas concretas.
La actividad fue inspirada en el documento vaticano «Aqua fons vitae: Orientaciones sobre el agua. Símbolo del grito de los pobres y del grito de la Tierra», elaborado por el Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano y este diálogo público permitió una amplia audiencia, 18 expositores de todo el país entre científicos, productores, funcionarios e investigadores; con un propósito de promover la colaboración interdisciplinaria, procurando ámbitos de dialogo e intercambios con diagnósticos en vistas a las mejores propuestas de políticas públicas frente a esta sequía inédita y prolongada en el tiempo».
Allí por ejemplo el doctor Oscar Dölling dejó muy en claro algo: «Resulta que el impacto del cambio climático en los escurrimientos del río San Juan no está demostrado con ningún estudio. En cambio, el impacto solar sí. Por lo que sería una falacia hablar en estos términos hoy, hasta que alguien lo demuestre».
Se trata de un ciclo del sol, astro que gobierna nuestro sistema solar y responsable de la actual sequía en toda la cordillera de los Andes y la cuenca del Paraná-Paraguay en el litoral argentino entre otros solares.
RECURSOS
En el año 2009 Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO comenzó a hablar de la necesidad de eficientizar el riego en San Juan tanto para enfrentar sequías extremas que ya se pronosticaban en aquel entonces, como también para ampliar la frontera productiva provincial, que en aquel momento duplicaba la actual.
Ese año publicamos un estudio del geólogo y empresario minero y agroindustrial Ricardo Martínez titulado «Tecnificar 50 mil hectáreas en riego ahorraría un 329% de agua».
Desempolvado este artículo por el contador Alejandro Bórbore esta semana, nos permite recordar que destinar un porcentaje de las regalías mineras al agro sanjuanino -unos U$S 275 millones en aquel entonces-, posibilita ampliar la frontera de la producción agroindustrial y el origen de los recursos económicos.
El artículo ponía de manifiesto el ejemplo de los productores del tomate con casi la totalidad de su extensión tecnificada en riego y los rindes más importantes del cultivo del país. El estudio desarrolló un ejercicio del cálculo del ahorro relativo en la utilización de riego por goteo en reemplazo del riego a manto, alcanzando una fuerte referencia del 329%, que de confirmarse estaría fundamentando, incluso fuera de la consideración específica sobre la sequía, la conclusión de que el ahorro y mejora asociada en calidad y rendimientos del sistema de riego sería del orden de 1/4 de lo que hoy requieren los cultivos. Este proyecto debe considerarse de modo urgente con formato de ley.
En números
92 % del agua derramada por el río San Juan durante la última década la utilizó el agro para el riego de sus cultivos en el oasis.
2,7 % del agua escurrida desde la cordillera de los Andes al Valle del Tulum se destina para el consumo y uso poblacional.
4,3 % del recurso hídrico en el principal río provincial es para el uso hidroenergético y del 0,9 al 1%, para la minería local.
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