¿Invertirían millones de dólares en un país que es deudor e incumplidor serial para desarrollar una actividad económica?

Por Miguel Martín/ Minería & Desarrollo

A la pregunta del título se acompañaría una respuesta que indique que muy probablemente «no se invierta» en un país que tenga esas características.

Ese mismo análisis es el que hacen las empresas mineras en sus directorios corporativos a la hora de analizar una inversión, por ejemplo, en San Juan.

O alguno de nuestros lectores supondría que cualquiera de las empresas que hoy exploran y que tienen pensado invertir millones de dólares lo harían en un país que no paga sus deudas y no respeta los acuerdos que su presidente firmó, sea del signo que sea.

En esa reunión ficticia que les propongo seguir, imagínense qué dirían algunos de nuestros personajes: ¿cómo le explicamos que confíen en el país a nuestros accionistas?, apuntarían algunos, mientras que otros directores buscarían ayuda pidiendo la presencia de alguno de los abogados y contadores -siempre se necesita un buen abogado, un contador y agrego un buen periodista- para confirmar si las inversiones ya hechas o las que se han prometido, puede paralizarse…, y hasta meter en “cana” a alguno de ellos si por estos volantazos se sigue la legislación o compromisos legales que por sus consecuencias existen en varias partes del mundo.

La escena que solo es posible en mi mente -simplista, muchas veces equivocada y algo trasnochada- sirve para hacer una aproximación de lo que en verdad analizan las empresas mineras o de cualquier otro tipo, a la hora ver si avanzan con una inversión millonaria en San Juan o en el País.

De allí la importancia del acuerdo alcanzado en el día de ayer con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus repercusiones en la actividad minera.

En esos directorios -donde se deciden inversiones multimillonarias- no ingresa una propuesta de análisis con un país en default, es decir que no haga frente a sus deudas con organismos multilaterales del crédito como es el FMI ya que lo impiden los mercados donde cotizan sus acciones.

Y si pese a ello insisten con una inversión en estos contextos, corren el riesgo de que alguno de esos funcionarios vaya preso por incumplimiento de sus obligaciones societarias.

En estos análisis entran en juego nuestros abogados, contadores y periodistas. Digo “nuestros” porque son los informes de contadores, abogados y periodistas sanjuaninos, los que hacen estos análisis y les dicen a sus jefes en las casas matrices corporativas en Canadá o Australia que: “Esto huele mal…”, “Pulgar en alto…” o “guardemos todo y esperemos a que aclare…”, palabras más palabras menos.

Aunque en algún tiempo y por alguna influencia jachallera se llegó a entender en el inglés más rancio y corporativo la frase “Estamos desnortados…”, en alusión a que no se lograba entender para dónde quieren ir las autoridades con sus decisiones.

Para la minería de San Juan es auspicioso el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: lo sabe el gobernador Sergio Uñac y todas las cámaras empresarias locales que salieron a apuntalar la decisión del presidente Alberto Fernández y de todo el equipo económico nacional.

El acuerdo torpedea la posición más beligerante del Frente de Todos a nivel nacional que está acostumbrada a buscar causas contra molinos de viento para que le de sustento a una ideología de biblioteca pero que ninguno esta dispuesto a seguir al pie juntillas en lugares para vacacionar o la compra de carteras, por ejemplo.

La Argentina y San Juan en especial se verá beneficiada por este acuerdo: hay una fila de inversiones mineras que estaban esperando estas definiciones para despejar las primeras dudas con las que se encontraban los inversores.

“Nos quedamos en el mundo occidental donde se valoran las palabras, los acuerdos, las deudas, los errores, los aciertos y las acreencias”, es parte del mensaje que la Argentina le está dando al mundo.

Ahora viene seguro la letra chica para pasar del entendimiento a un acuerdo entre el FMI y el gobierno argentino, las metas y compromisos que anunció el ministro Martín Guzmán: la baja de subsidios a la energía, menos emisión monetaria, planes sociales focalizados, entre otros ejes.

El prestamista de última instancia agregó además que el acuerdo permitiría aumentar el gasto en infraestructura y ciencia y tecnología y protegería programas sociales focalizados, uno de los puntos que reclamaba el kirchnerismo dentro del Frente de Todos.

Sin olvidar que la Argentina se comprometió en llegar al equilibrio fiscal en 2025. Todas herramientas que sirven a las multinacionales que piensan en invertir en San Juan y de rebote, salpican a todos los sanjuaninos que queremos una economía seria, que brinde oportunidades de crecimiento y desarrollo para nuestra gente.

Ese es el punto en el que autoridades, oposición, empresarios y fuerzas comunitarias se abroquelan en un San Juan grande, como el que soñaron nuestros proceres y trabajaron nuestras familias.

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