Por M&D
A casi un año del inicio del proceso de evaluación ambiental del proyecto Josemaría en Iglesia -se presentó en marzo de 2021- la empresa Lundin entiende que cumplió con el compromiso de entregar toda la información que se les solicitó para obtener la aprobación ambiental de su proyecto y de esa forma alcanzar el documento que se conoce como Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
La DIA es la herramienta legal y ambiental más importante de un proyecto minero para gestionar todos los permisos sectoriales pertinentes y de esa forma comenzar con su construcción que prevé una inversión de 4100 millones de dólares en San Juan, según los últimos números dados a conocer por la empresa.
En una charla exclusiva con Minería & Desarrollo, sus máximas autoridades de Medio Ambiente y de Comunicaciones precisaron que “creemos que ya hemos entregado toda la información a la Comisión” y resaltaron que siempre mantuvieron su posición de alcanzar su aprobación luego de un año o 18 meses después de presentado el Informe de Impacto Ambiental (IIA).
“Hubo mucho trabajo en nueve meses que hizo que se aceleraran los tiempos. La comisión generó 31 pedidos ampliatorios de información que cumplimos”, señaló el gerente de Ambiente Fernando Cola. “Quisiéramos que esté para este mes pero no sabemos”, expresó.
En el encuentro con M&D se destacó que, a excepción de muchos países, Argentina no tiene establecidos plazos en la legislación para la evaluación ambiental. “No hay un término específico, entonces es imposible para nosotros dar una fecha. Tenemos un deseo e hicimos el cálculo internamente”, acotó el Director de Medio Ambiente corporativo Gonzalo Ríos.
Cómo será el proceso en Josemaría
Según precisaron, la planta de procesos va a tener capacidad de procesar mineral a razón de 152 mil toneladas por día en promedio. Se trata de una cantidad que la pone como una de las más importantes del país y de San Juan, si uno la compara con Veladero o Gualcamayo, por ejemplo.
Básicamente, seguirá el proceso tradicional de sacar de un lugar la roca y hacer reducción de tamaño para después pasar el mineral por un proceso de flotación y así llegar a un concentrado que es el producto que va a exportar Josemaría.
El proyecto prevé que los camiones que utilice la operación minera -con capacidad para trasladar 360 toneladas de mineral- sean manejados de manera remota desde una gran sala de operaciones y que ese proceso incluya la automatización de todo el proceso de trituración como el que tiene Veladero con su IROC.
El proceso de Flotación será del tipo convencional y se calcula que consumirá cerca de 1500 litros de agua por segundo como consumo total.
“Pero entre el 80 y el 85% de esa agua va a ser reutilizada o reciclada. Para eso y para completar ese faltante se va a extraer agua de un campo de pozos para reponerla”, dijo el gerente de Ambiente, Fernando Cola.
“Se trata de un circuito casi cerrado, pero que debe prever la evaporación porque tenemos agua en un depósito de colas. Hay agua que va a quedar retenida en la roca molida del depósito de colas entonces tenemos que estar reponiendo. Esa reposición va a estar dada a razón de 515 litros por segundo de promedio en la vida de la mina”, explicó.
“En un periodo se va a consumir un poco más y en otro un poco menos, porque vamos a estar en presencia de años secos y años húmedos”, acotaron los técnicos al hacer referencia al modelo que utilizaron para hacer los cálculos de esta parte del proceso.
“En esos casos es necesario reponer un poco más. Años secos, llueve menos, más evaporación, puede que tengamos que sacar un poco más. Pero años húmedos, no va a haber tanta pérdida, va a haber más precipitaciones, entonces tendremos que sacar menos agua de los campos de pozo”, resaltó.
Monitoreo del agua
El especialista en agua de Josemaría contó que están implementando la instalación de canaletas aforadoras para tener registros más continuos, segundo a segundo, lo que implica tener una gran cantidad de datos. “Hay sensores instalados ahí y toman el caudal de día y de noche”, preciso el superintendente de Recursos Hídricos, Diego Sánchez.
El especialista reconoció que están tomando datos de monitoreos de agua en La Rioja “y de hecho la Dirección Provincial de Vialidad de La Rioja tiene estructuras aforadoras que nosotros tomamos como dato de línea de base y también hacemos mediciones, pero no hemos construidos por ahora canaletas aforadoras en ese sector”.
Josemaría calcula que durante toda la vida útil del proyecto tendrá un consumo promedio de 515 litros de agua por segundo. Una cifra que es cuestionada por organismos públicos provinciales por el impacto que pueda tener en toda la cuenca del río Jáchal.
La empresa asegura que viene monitoreando el agua en la zona desde hace muchos años y que eso le permite calcular con algún grado de exactitud los consumos y sus impactos en las cuencas superficiales y subterráneas, que es donde fundamentalmente tomaran el recurso para la construcción y operación de la mina.
“Con respecto al agua subterránea, la dinámica es muy diferente a la superficial en el sentido de movimientos y niveles. El monitoreo de agua superficial comienza mucho antes porque los tiempos y las estacionalidades marcan que hay que tener un amplio registro en cuestión de años”, indicó Sánchez.
Según entiende la empresa, los datos que Josemaría está tomando de esa cuenca son un aporte muy grande porque en esa zona en particular había muy poca información hasta ahora.
Desde 2013 recolectan datos
La compañía informó que lo que hacen año a año en las campañas de monitoreo y perforación es aumentar la densidad de los pozos. “Empezamos en 2018 con 10 pozos, en la campaña 2019-2020 se llegaron a perforar más de 25 pozos y actualmente estamos llevando la tercera campaña de agua subterránea en la que tenemos previsto hacer 43 pozos más en total para tener mayor conocimiento de la hidrogeología de toda la zona”, explicó el superintendente de Recursos Hídricos.
“Se instalan la mayor cantidad de pozos posibles en lugares estratégicos y después decidimos cuáles serían los apropiados”, destacó.
“A grandes rasgos, hay agua que ingresa al sistema y otra que egresa en un circuito que no es cerrado del todo porque hay pérdidas por evaporación. En el caso del agua que se extrae desde el tajo, va a haber un valor a medida que se vaya destapando, va a haber una aparición de agua que la pensamos utilizar y está calculado entre 6 y 18 litros por segundo. Es un aporte menor comparado con el resto pero también sirve y la idea es poder aprovechar todos los aportes de agua que hay para minimizar la extracción de los campos de pozos”, precisó Sánchez.
“En la etapa de construcción del proyecto vamos a empezar a acumular agua naturalmente en el sector dique norte donde está impermeabilizado y se va a formar una especie de pileta, donde toda el agua que precipite se la va a colectar en esa fuente. Todos son aportes que suman para hacer más eficiente el consumo de agua de la operación”, agregó.
El especialista indicó que “además está el concepto de recirculación y reutilización que es una vez que las colas que tienen un contenido se empiecen a apilar en un depósito, esa compactación va a hacer que haya una expulsión del agua hacia abajo que después se va a colectar en una pileta y se va a bombear para que ingrese otra vez a la planta de proceso”.
“La recirculación va a aportar aproximadamente dos tercios de agua que necesita la operación. El tercio restante, en promedio, en condiciones hidrológicas medias, nos lo aportarán los campos de pozos que vamos a hacer en la zona. El restante son aportes menores de la hidrología de las condiciones naturales que hay en el lugar”, resaltó Diego Sánchez.
El proyecto prevé la construcción de una pileta de colección que tendrá una capacidad de recolectar 4 hectómetros cúbicos.
El consumo de agua
El Director Corporativo de Ambiente de Lundin, Gonzalo Ríos, resaltó que nunca Josemaría dijo que el consumo de agua sería de 350 litros.
“Oficialmente siempre fue de 515 litros por segundo. Previo a la presentación del IIA la empresa hizo una serie de presentaciones a los futuros miembros de la Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera como para hacerles más fácil la evaluación. En ese momento, se les dijo que todos los datos puestos ahí estaban registrando información de ingeniería de prefactibilidad, por lo tanto, muchos de los ahí presentados iban a cambiar. Ellos estaban conscientes de eso”, destacó.
“Cuando terminamos el estudio de impacto ambiental y lo presentamos con información más acabada y detallada, el informe de agua fue de 515 litros. Claramente hemos entregado toda la información necesaria a todos los departamentos de la CIAEM para poder evaluar la extracción de esa agua que es subterránea”, aclaró.
El cuestionamiento que se le hace a la empresa en este punto no es la información que le entregó en diferentes etapas a la comisión evaluadora, sino cuál fue el detalle del consumo de agua que le dio a la comunidad en el proceso de participación ciudadana.
Los especialistas contaron que realizaron entre 60 y 80 charlas informativas en el proceso de participación ciudadana con esta misma explicación respecto al consumo e impacto de agua del proyecto. Se trata de un proceso que va a durar hasta después del cierre de mina.
Lo que distingue al proyecto
El Gerente de Ambiente, Fernando Cola, destacó que uno de los rasgos que distingue a Josemaría “es lo que propone en temas de abastecimiento de agua, ya que se va a aprovechar una fuente totalmente aislada del resto de las cuencas donde no hay un uso aguas debajo de la zona de captación. A eso se le agrega el gran porcentaje de recirculación, los procedimientos, etc. Eso hace que aumente la eficiencia del uso del recurso. Eso proponemos como gestión”.
Para la empresa el concepto de “Mitigación” incluye los procesos de recirculación y tratar de usar menos agua de los campos de pozos.
“Una medida de mitigación es reutilizar el agua del depósito de colas en la planta de procesos y eso hace que disminuya el valor de impacto cuantificado. Podríamos sacar los 1500 (litros por segundo) de los campos de pozos, ese podría ser nuestro esquema ofrecido al Estado provincial para que lo evalúe, pero le estamos diciendo que vamos a recuperar de allá y de acá como medida de mitigación y re uso y de un buen plan de gestión que queremos proponerles”.
De acuerdo a la información que se comentó, de las 32 actas que realizó la comisión evaluadora cerca de 22 fueron dirigidas en forma directa a la empresa.
Hubo más de 200 consultas, muchas de carácter aclaratoria y muchas de ampliación de información requeridas por los organismos que estudiaron el proyecto.
“Fue bastante ardua esa tarea, la evaluación fue muy intensa. Recibimos muchas consultas sobre (consumo de) agua”, admitieron los especialistas.
Al dar detalles del lugar donde se obtendrá el agua para la construcción y la operación de Josemaría se informó que “son microcuencas, que son subsistemas que tienen valores de reservas de agua subterránea casi independientes y lo que nos permite indicar que hay suficiente cantidad de agua para el proyecto”.
Glaciares
Fernando Cola resaltó que “no hay glaciares en la zona de influencia directa de Josemaría”.
“Sí para el estudio de base describimos la componente criológica. La línea de base indica que en el área de estudio que involucra parte de Chile, de La Rioja y de San Juan, se encontraron glaciares cubiertos y glaciares de escombros”.
En este sentido detalló que “hay dos componentes (a considerar): ambiente glaciar y periglaciar. Glaciares descubiertos no hay en cercanías del área de influencia directa, pero sí muy próximo en el área de La Rioja que se llama Glaciar El Potro. Ese glaciar no va a ser impactado”.
“Se ha encontrado una estructura periglaciar que se llama glaciar de escombro GE110 muy pegada a la mina a cielo abierto y la ingeniería a nivel de prefactibilidad había contemplado que la zona de las escombreras estuviera en una zona y cuando se profundizaron los estudios nos dimos cuentas que estaba el glaciar de escombro, entonces la ingeniería mutó y se decidió ponerlo en otro lado después de la realización de nuevos estudios. Entonces ahora, a 100 metros a la redonda de ese lugar, no habrá estructura que pudiera impactar sobre ese glaciar”, precisó Cola.
“Hay que hablar también lo que es el glaciar de escombro GE110 y que está en etapa de inactividad, ya perdió la masa de hielo que lo define como glaciar de escombro”, acotó.
Sobre el estudio de glaciares en la evaluación ambiental, contó que la comisión hizo consultas ampliatorias y se realizaron cartas informativas.
“Se hicieron nuevos estudios satelitales y esas cartas se ofrecieron al instituto de Investigación Hidráulica por un acta en particular que hubo al respecto y se respondió de esa manera con aclaraciones sencillas o generación de cartas temáticas”, concluyó.