Los resultados de las elecciones de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) se pueden analizar desde varios puntos de vista. Desde Minería & Desarrollo tomamos y nos detenemos en lo que pasó en Iglesia, en especial con las consecuencias para el principal proyecto minero en desarrollo que tiene San Juan en ese departamento: Josemaría.
Hay innumerables ejemplos que no vienen al caso aquí mencionar respecto al fracaso contundente de atar la política de relacionamiento comunitario y de la licencia social para operar a un gobierno en especial.
Apostar a que casi siempre los problemas lo solucionarán las autoridades es una carta que se hace trizas cuando el gobierno atraviesa una mala elección.
Josemaría tiene entre sus filas a personas formadas y que conocen bien de estos temas, saben que no hay nada que reemplace al diálogo permanente, al flujo de información técnica -desapasionada de ideologías- y la generación de riqueza a través de los proveedores locales. Por eso es que sorprende que no cambien algunas políticas.
Todo eso requiere de un esfuerzo, tiempos, de demostrar que hay empatía, que se escucha al que está en contra, o al que piensa distinto, mínimo que se lo tiene en cuenta.
Gobernantes y empresas deben tomar nota que en las democracias actuales los apoyos y los disensos -incluyendo las necesidades de la población- no se manejan con las mismas metodologías que hace 5 o 10 años. Las reacciones son mucho más instantáneas y no alcanza para frenarlas con el respaldo del triunfo de una elección.