Por Minería & Desarrollo
Combativo, el nuevo integrante de la cúpula cegetista disparó contra la minería mientras llamaba a votar por el Frente de Todos antes del cierre de la veda electoral. En el medio, volvió a hacer gala de su desconocimiento al remarcar que mientras a los empleados se les cobra el impuesto a las ganancias, las empresas mineras fugan divisas al exterior, destacó.
Moyano añadió que «el salario no es ganancia» y que «no puede ser que un millón de trabajadores lo sigan pagando (al impuesto) mientras las mineras fugan divisas«.
Su ataque a la industria minera fue recibida por sorpresa por los miembros que apoyan la actividad minera como AOMA que ocupa la 12° vocalía en la nueva conducción, un puesto que no le da visibilidad ni posibilidad de discutir en una misma mesa con la conducción cegetista. D
De todas formas ante tamaño pifie, se espera algún tipo de reacción sindical sin que hasta el momento ningún dirigente nacional o provincial haya dicho “esta boca es mía”.
Las declaraciones del miembro de la familia Moyano generaron preocupación en las empresas del sector, lo mismo que en los sectores de gobierno que volvieron a confirmar que el líder gremial no acepta discutir sobre la racionalidad y siempre se hamaca en discursos fáciles, con la esperanza de poder apuntalar espacio y poder dentro de la nueva conducción de la CGT.
Cero apoyo al gobierno
El flamante integrante de la nueva conducción de la CGT, Pablo Moyano, advirtió que la principal central obrera del país «no será el apéndice de ningún gobierno».
Lo hizo en un mensaje que puede leerse como un nuevo reproche al estilo cegetista durante la gestión Cambiemos y, también, como un gesto de independencia frente a la administración del Frente de Todos, a la que, de todas maneras, llamó a votar el próximo domingo en las elecciones legislativas.
«Esta CGT no será el apéndice de ningún gobierno. Vamos a derrotar cualquier intento de sacarle algún derecho a los trabajadores. El 14 en las urnas, en la calle o cuando sea necesario», lanzó el líder camionero por medio de una comunicación telefónica que fue compartida con los más de 1.600 congresales durante el congreso confederal de la central, al que no pudo asistir por un cuadro febril.
Haciendo gala de su característico perfil combativo, Moyano añadió que «el salario no es ganancia» y que «no puede ser que un millón de trabajadores lo sigan pagando (al impuesto) mientras las mineras fugan divisas«.
La unidad sindical es una buena noticia para el gobierno de Alberto Fernández, que se encamina a una nueva derrota electoral el domingo próximo y que busca recostarse en el sindicalismo como uno de los puntos de apoyo de la segunda parte de su mandato.
Además, implica una señal positiva hacia la coalición que las diferencias en torno de la figura de Cristina Kirchner, que divide las aguas del gremialismo vernáculo, se hayan podido digerir en el proceso de reunificación de la central.
«El 14 más que nunca hay que votar al peronismo. La derecha nunca más en el país», sostuvo Moyano, que involucró en esa categoría a los diarios Clarín y La Nación, a los que identificó como «parte de la derecha antiobrera».
En la votación del cónclave cegetista, 1.617 congresales de un padrón de 1.808 votaron la lista Azul y Blanca, que empoderó al nuevo triunvirato.
Minería & Desarrollo, Agencias