Fue una de las mejores ferias mineras de los últimos años. El número de visitantes fue récord y deja muchas cosas para analizar para una exposición que pone la vara muy alta y genera ansiedad de querer ver muchas cosas más.
Fue un gran esfuerzo y una oportunidad para confirmar que todo el sector público y privado pueden unir esfuerzos para hacer algo atractivo para la sociedad y generar un marco ideal para las relaciones públicas y la gestión de negocios.
La feria tuvo varios ingredientes que la hicieron única, desde un paro de colectivos que impactó en dos de los tres días en las que se realizó y un fuerte viento que desalineó varios stands. Pero lo que sobresalió fue el clima que se vivió al verse las caras después del distanciamiento que impuso la pandemia.
Hubo de todo. En lo protocolar se colaron los cuestionamientos a las autoridades nacionales por la discusión de los proyectos de la ley de humedales y el cierre de minas, pero por otro sorprendió la certeza que entregó la secretaria de minería de la Nación, Fernanda Ávila, quien advirtió a todo el sector que no habrá dólar minero y que las condiciones macro de la Argentina son las que mandan y que no habrá ningún cambio en las reglas del juego que hoy marcan la forma de tributación de la minería en la Argentina.
Sergio Uñac y su equipo de gobierno con el ministro Carlos Astudillo se llevaron la confianza y el reconocimiento de toda la minería por lo que la provincia le entrega hoy al sector.
Los dirigentes opositores que visitaron la muestra dimensionaron parte de la cadena de valor que tiene toda la actividad.
Sin dejar de mencionar que si de algo se habló en muchos de los cócteles y agasajos empresarios es que el año que viene hay elecciones y habrá que ver cómo se mueven las piezas y los sectores de la minería.
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