Autoridades chilenas continúan con la investigación para determinar cómo se originó el socavón en Tierra Amarilla en el territorio donde la compañía canadiense Lundin opera la mina Alcaparrosa.
“No solo es el hundimiento sino también los excesos que se han estado cometiendo por la minera. Lo que más preocupados nos tiene es ver de qué manera esto impacta en la población vecina”, manifestó la ministra de Minería, Marcela Hernando, luego de visitar el sitio.
La funcionaria agregó que esto “es un llamado a que las normas hay que respetarlas y que los manejos respecto a los acuíferos hay que respetarlos y también la forma en la que se explota una mina”.
Además, Hernando tuvo un encuentro con los habitantes de la población cercana a la mina quienes calificaron la situación como preocupante. “Necesitan seguridad para seguir viviendo en un lugar tan próximo a la actividad minera. Lo más complicado es el tema del agua y sobre eso tenemos que conversar”, precisó la ministra.
Para continuar con las tareas investigativas, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) contrató a un equipo independiente que ha estado operando un brazo telescópico con un sensor para verificar las condiciones del mineral bajo tierra.
Al mismo tiempo, desde el lunes, una empresa se encuentra trabajando en los estudios geofísicos para dar claridad respecto de los socavones que podría haber en el sector. “Eso nos daría la oportunidad de si fuera necesario aumentar el perímetro de seguridad que hoy día tenemos en alrededor de 100 metros en algunos sectores y 200 en otro”, David Montenegro, director de Sernageomin.
Quien manifestó su preocupación sobre el tema fue el alcalde de Tierra Amarilla. “No tener certeza que esto esté ligado solo a este espacio, sino además la intervención del acuífero, nos da una preocupación respecto a si esto puede ocurrir nuevamente en algún otro punto de la comuna, manifestó Cristóbal Zúñiga,
Según los antecedentes recopilados en la última fiscalización realizada por Sernageomin, estos indican que en el caserón Gaby 4 no coinciden las tasas de extracción con el diseño presentado al Servicio por la empresa, por lo que se está siguiendo esta línea de investigación para determinar las posibles causas del hundimiento.
“Lo que ha cambiado es la profundidad, antes era de 64 ahora de 62 metros, producto de los desplomes que está teniendo en los contornos el socavón”, explicó hace unos días Montenegro.
Por su parte, Karina Briño, gerente General Administrativa de Canderlaria, habló de la situación tras la visita de las autoridades gubernamentales a la mina el pasado viernes. “Nosotros somos los primeros interesados en saber qué pasó”, aseveró.