El cobre, la democracia, y un mejor San Juan

cobre

Por el Ing. Mario Capello, Ex Subsecretario de Minería de la Nación

El mes pasado, el ministro de Desarrollo Agrario y Riego de Perú, Ángel Manero, destacó la necesidad peruana de tener una mirada integral para el desarrollo productivo, afirmando que minería y agricultura no son sectores opuestos, sino, totalmente complementarios. Anunció una cartera de 22 proyectos de irrigación por más de US$ 24 mil millones, los cuales buscan gestionar con inteligencia el uso del agua en el país.

Estamos dentro un sistema donde necesitamos que el país crezca en todos los sectores. Mientras mejor le vaya a la minería, mejor le irá a la agricultura, sin duda, afirmó Manero ante un importante auditorio.

El ministro explicó que la minería no solo aporta a través de la recaudación fiscal, sino que también tiene efectos sinérgicos sobre el agro, resaltando que empresarios mineros invierten en agricultura y financiamiento para proyectos agroindustriales. Además el Ministro Manero señaló que: la agroexportación peruana nació con respaldo de capitales provenientes de la minería.

Nuevos proyectos de almacenaje hídrico son iniciativas vinculadas directamente con zonas mineras en Chinecas, Chonta y represas en el Valle del Tambo, con el objetivo de garantizar un uso sostenible del recurso hídrico, y actuar como soporte para proyectos mineros como Tía María indicó. También mencionó represas en Moquegua, Tacna, Cajamarca y Piura, muchas de ellas apoyadas por empresas mineras bajo modalidades como obras por impuestos o asociaciones público-privadas.

El presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Perú, Darío Zegarra, también panelista, reforzó la perspectiva del ministro señalando que por años se ha querido imponer una falsa dicotomía entre minería y agricultura. “Es falso decir que la minería y la agricultura no pueden complementarse. Es un contrasentido, va contra la evidencia”, sostuvo.

Esos primeros aportes que la Industria minera realizó en Perú muestran resultados irrefutables que destruyen el mito de esa incompatibilidad por cuestiones hídricas. Perú con USD 1.900 millones exportados de uvas en fresco se convirtió en el primer productor mundial dejando en segundo lugar a Chile y tercero Sudáfrica. Resulta que ese monto exportado duplica a las exportaciones 2023 del pool vitivinícola argentino, es decir, la suma ingresada por vinos, uva en fresco, mostos, pasas de uva y jugos.

La provincia de San Juan posee un sistema de distribución de aguas que pierde el 50% de lo que transporta. Si le sumamos la de los sistemas de riego a manto y por bordos, el derroche es fenomenal. La respuesta hasta ahora frente al problema vital fue armar una comisión.  La prensa nos informa que los debates refieren al volumen de agua a entregar, que la cota de seguridad de nuestros diques es algo menor, y la comprobada sobreexplotación de los acuíferos tampoco entra en la discusión. Se patea el problema como legado hacia futuras generaciones. Patéticas simulaciones de intereses que no son más que los propios. Desconocimientos ilustrados, y desentendimientos con los 700.000 habitantes de la provincia van de la mano. Planificar, conseguir financiamientos y resolver los desafíos de disponibilidad hídrica, ya no como lo hiciera Israel o California, sino como Chile y Perú no está en agenda.

Los sanjuaninos no fuimos conscientes de la oportunidad que nos empezaba a entregar el arranque de las minas Veladero, Gualcamayo y Casposo, regalías y fondos fiduciarios nos entregaron recursos para empezar a construir un mejor San Juan, previsible y equilibrado. Siempre sostuvimos que recursos extraordinarios debían destinarse vía asignaciones extraordinarias. Que mejor que utilizarlo para revolucionar la agricultura cuidando el agua.

El Grupo Sarmiento presentó un proyecto de ley para concretar una alianza estratégica entre la minería y el agua con el objetivo terminar con las pérdidas en la distribución y avanzar con riegos de última generación. El cobre puede darnos esa oportunidad.  Ni uno sólo de los anteriores y actuales legisladores se interesó por la iniciativa fundada, tampoco los gobernadores. Tal vez a nuestro sistema político lo único que le importa es la próxima elección, y votantes enojados por promesas incumplidas eligen un nuevo mago salvador. Una vez más expectativas, esperanzas y frustraciones se mueven en un círculo que no se detendrá.

César Robillard quien fuera viceministro de Minería de Perú nos instruye: «El uso de la renta generada por la minería es crítico para ver si ésta promueve o no el desarrollo económico; cuando hay corrupción, guerra o malgasto de esta renta, la minería será negativa en vez de positiva para el desarrollo económico. Éstos son problemas que tienen que ver con la calidad de gobierno y no con la actividad minera”.

Fue la mala calidad de nuestros gobiernos y no la actividad minera la responsable del problema. Guerra no hemos tenido, entonces ¿fue malgasto o corrupción como dice Robillard lo causante de un vacío de desarrollos?, dejo al del lector para que lo concluya. Sólo informar una vez más los que los gobiernos provinciales y municipales ocultaron desde el 2005. Por encima de impuestos y tasas la minería aportó regalías y fondos fiduciarios. Hablamos de 304 millones de dólares que entraron al tesoro provincial por regalías mineras, USD 182 millones a los municipios de Iglesia y Jáchal, USD 115 millones por Fondos Fiduciarios y USD 66 millones para que tuviéramos el mejor sistema de control minero con las últimas tecnologías disponibles.

San Juan tiene chances de modificar el rumbo. Construir futuro en base a un acuerdo donde lo esencial no sea descartado. No tendremos educación como la pretendía Sarmiento, salud ni seguridad aseguradas si no somos capaces de aprovechar la minería del cobre para lograrlo.

Entran en juego valores para poder transitar ese camino. Humildad, conocimientos y honradez incuestionada deben presidir una apuesta colectiva a 50 años empezando ya. Algunos satisfechos (al decir de J. K. Galbraith) no estarán de acuerdo, apuestan y trabajan para que todo siga igual. La Democracia cada cuatro años nos permite votar por un mejor San Juan.

Minería & Desarrollo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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