La sugerencia es de la vicedecana de la facultad de Ingeniería de la Universidad de San Juan (UNSJ), Andrea Díaz, quien explica que hay carreras que necesitan ser promovidas entre los jóvenes para poder satisfacer las necesidades de la industria. De esa manera, además de tener futuros profesionales más acordes a lo que requiere el mercado laboral, se pueden aprovechar mejor las oportunidades que surgen de la mano de los diversos proyectos mineros actuales y venideros.
La minería en el país está experimentando una gran expansión que se ve reflejada en el crecimiento de los índices de empleabilidad en el sector. Según el último informe anual Empleo Minero en Argentina presentado en abril por la Dirección de Transparencia e Información Minera, en un año la creación de puestos de trabajo aumentó 7%.
“En este contexto de crecimiento de la industria minera resulta fundamental realizar un trabajo conjunto entre empresas e instituciones educativas para poder facilitar el desarrollo de perfiles profesionales que estén en línea con lo que requiere el sector, además de continuar con el fomento de la formación minera”, explica Díaz.
En este sentido, el estudio expone que esta industria se nutre de una variedad multidisciplinaria de profesionales como geólogos, biólogos, historiadores, geógrafos, economistas, médicos y enfermeros, así como, expertos en medio ambiente, sostenibilidad, legislación y recursos humanos, además de técnicos mineros, conductores y operadores de maquinarias complejas, entre otros. En cuanto al rol clave de los ingenieros, lo cierto es que se los requiere de distintas ramas: ingenieros en minas, mecánicos, electromecánicos, electrónicos, etc.
La UNSJ recibió este año 2.000 inscriptos en las distintas ramas de la ingeniería, cantidad que superó el promedio de los últimos años: unos 1.300 alumnos. De ese total, los que llegan a recibirse representan 20%. Si bien la mayor parte de los alumnos de carreras estratégicas como la ingeniería en minas son sanjuaninos, 30% son oriundos de Jujuy.
Contar con ingenieros en metalurgia extractiva es particularmente importante por los proyectos que se extienden en San Juan. A pesar de su relevancia, la UNSJ cuenta sólo con 15 inscriptos anuales; un número escaso, sobre todo si se lo compara con otras especialidades como la ingeniería industrial, con alrededor de 100 alumnos por año.
El líder de Estudios de Capital Humano de Glencore Pachón, Juan Hugo Ponce, coincide en que “se necesita un esfuerzo mancomunado entre instituciones públicas y privadas para enfocarse en el desarrollo profesional de jóvenes que cursan el secundario en escuelas técnicas para que ingresen en niveles de oficios. Por ejemplo, un operador de pala eléctrica necesita dos años de nivelación de su conocimiento y luego hasta seis años para operar una pala de US$20 millones. También se necesitan operadores de molienda, técnicos mecánicos y electrónicos”, enumera.
Ponce señala la importancia de influir en distintas carreras que son muy buenas, pero que no tienen tanta popularidad. Por ejemplo, indica que en la UNSJ se reciben alrededor de cuatro metalurgistas al año, pero cuando estén en operaciones El Pachón, Los Azules, Filo del Sol y Josemaría se van a requerir muchos más, llegando a cuadriplicarse la demanda para este tipo de profesionales en años venideros.
El desafío es desarrollar una propuesta formativa enfocada en la industria minera metalífera. En la actualidad, la falta de profesionales especializados se suple con aquellos recibidos en otras carreras, como la ingeniería química, que complementan sus estudios con otros vinculados a mineralogía o incluso a partir de sus experiencias de campo donde obtienen más capacidades y saberes.
Luis Gutiérrez, Líder Senior de Procesos e Instrumentación y Control de Glencore Pachón coincide con este análisis, indicando que se precisa “un entrenamiento con un foco más relacionado a lo que implica una minería cada día más tecnológica y digitalizada, tanto para el entrenamiento de las personas, gestión de las operaciones, y el control y optimización de los procesos”.
A esto podemos sumar el avance de las telecomunicaciones que permite la remotización de operaciones y la habilitación de centros de operación y gestión integradas a distancia, desde las que se supervisan los procesos y hasta una flota de equipos autónomos. “Por ello -explica Gutiérrez-, las minas cada día requieren un mayor número de especialistas en las diferentes ramas de la ingeniería, que deben trabajar en forma coordinada y colaborativa.”
Apoyo a la profesionalización de recursos sanjuaninos
San Juan cuenta con universidades y centros de formación destacados. Asimismo, las empresas mineras también cumplen un rol. De allí que, entendiendo la importancia de que cada vez más personas accedan a capacitarse en minería metalífera, Glencore Pachón sea una de las compañías que más impulsan el acceso a la educación.
En lo que va del año desarrolló iniciativas como las prácticas profesionalizantes capacitando a 49 alumnos del último año del ciclo superior de la Escuela Técnica Gral. Manuel Savio en la loguera de El Pachón, en Pampa del Indio. Lo hizo a partir de un convenio con esa institución de Villa de Calingasta, en el marco de un programa colaborativo entre el Ministerio de Trabajo, escuelas técnicas de San Juan y la Cámara Minera de la provincia.
Además, mantiene un acuerdo a través del cual financia carreras terciarias y diplomaturas en la provincia; y ya brindó un curso para que 10 aprendices pudieran desempeñarse como Operadores de Perforación de Exploración Minera.
“No sólo hay que mejorar la oferta de especialistas en las diferentes áreas de la Ingeniería, también en la formación de técnicos. Y hay que enfocarse en la capacitación continua de las personas que están en diferentes funciones en el ámbito minero”, remata Gutiérrez.
Así, es fundamental seguir propiciando el trabajo conjunto y articulado para alcanzar el máximo potencial en términos del desarrollo minero de Argentina, gracias a sus valiosas condiciones geográficas y naturales. Los proyectos actuales y los que vendrán requerirán contratar a más profesionales. Vale la pena, entonces, anticiparse y no perder la oportunidad de seguir promoviendo el progreso en la provincia y en el país.