Economía

Hay que conectar la educación con los perfiles que pide la minería y el mundo del trabajo

Por Sergio Goldemberg*

Hace un par de días se conocieron en detalle los resultados de las pruebas Aprender que marcan el impacto de la pandemia en el nivel educativo de las provincias. En este y otros temas los argentinos hemos perdido capacidad de asombro lamentablemente y algunas veces miramos solo de reojo esos datos para ver por dónde vamos y quiénes son los que están en peor estado.

Sin llegar a caer en lugares comunes, es necesario remarcar que la situación de la educación golpea fuertemente en el mundo del trabajo.

Se agrava cada vez más el déficit de resultados entre los perfiles que se necesitan día a día, lo digo como consultor, y lo que piden clientes, empresas y pymes.

El tema educativo puede ser analizado desde varios puntos de vista, todos necesarios para provocar un cambio, pero nos vamos a referir en estas líneas a solo uno, la educación está desconectada con los perfiles que reclama el mundo del trabajo.

Lo vi un par de veces en muchos lugares donde los planes de estudios en las provincias no están conectados con las mismas políticas productivas que se impulsan en esos mismos lugares y se deja en manos de las empresas la responsabilidad de la formación y capacitación de su gente, que no está mal, pero que está probado no alcanza y no es suficiente.

El mercado laboral está cambiando más rápido de lo que las políticas públicas y hasta lo que creen muchos de los jóvenes. Todo es muy dinámico.

Entonces, ¿Cómo adaptamos la educación que reciben las y los estudiantes de hoy para que estén preparados para un mercado laboral desconocido?

El mercado laboral no es ajeno a las transformaciones constantes que actualmente está viviendo la sociedad. En este sentido, diversos organismos y especialistas de todo el mundo han indicado que hasta el 40% de los trabajos que existen hoy, no se encontrarán el 2030.

Actualmente, existen una serie de centros de formación técnico-profesional, organismos internacionales y universidades que justamente impulsan nuevas metodologías para enseñar con el objetivo de lograr que ningún estudiante llegue a lo que se conoce como “callejón sin salida”, sino todo lo contrario: que se inserten en el mundo laboral y sean un aporte para la sociedad en su conjunto.

De allí es más imperativo que nunca lograr vincular la formación de las y los ciudadanos del siglo XXI, con las necesidades de las empresas lo que contribuirá fuertemente a bajar el desempleo, obteniéndose fuerzas de trabajo más eficientes.

*Titular de Goldemberg RRHH, consultora especializada en Minería,Oil & Gas.

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