La escalada en las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos alcanzó un nuevo punto con la reciente decisión de Pekín de suspender las exportaciones de tierras raras y magnetos a los Estados Unidos.
Pekin frenó las exportaciones de minerales críticos y magnetos, esenciales para industrias como vehículos eléctricos, semiconductores, defensa y aeroespacial, según informó hoy el New York Times.
Esta medida es una represalia ante el aumento de aranceles impuesto por el presidente Donald Trump, en medio de crecientes tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.
A principios de abril, China anunció estrictos controles de exportación sobre seis metales de tierras raras pesadas, procesados casi exclusivamente en el país, y restringió la venta de magnetos, que representan el 90% de la producción mundial. Estos materiales son clave para motores eléctricos usados en vehículos, drones, robots, misiles y naves espaciales.
Aunque las exportaciones de magnetos son una fracción menor del comercio chino, las restricciones afectan significativamente a socios comerciales como EE. UU., Japón y Alemania. Los puertos chinos han paralizado envíos mientras el gobierno define un nuevo marco regulatorio que podría bloquear permanentemente el acceso a ciertas empresas, especialmente contratistas militares estadounidenses.
Aranceles en el ojo de la tormenta
La interrupción ocurre justo cuando EE. UU. eximió de aranceles a varios productos electrónicos, pero los componentes de tierras raras siguen afectados. Expertos advierten que la demora en licencias de exportación, de al menos 45 días, podría agotar las reservas globales.
Daniel Pickard, asesor de minerales críticos, señaló que estas medidas podrían tener «efectos severos» en EE. UU., mientras que James Litinsky, de MP Materials, destacó que la falta de insumos críticos amenaza la cadena de suministro para drones y robótica, considerados el futuro de la guerra.
Alto impacto
A diferencia de empresas japonesas con reservas para más de un año, muchas compañías estadounidenses mantienen inventarios mínimos. Los precios de materiales como el óxido de disprosio han subido a unos 204 dólares/kg en Shanghái, encareciendo costos en EE. UU., Japón y Alemania.
Sin embargo, la aplicación de las restricciones varía entre puertos chinos, algunos permitiendo exportaciones con pequeñas cantidades de tierras raras tras pruebas rigurosas.
China domina el sector gracias a sus depósitos en Jiangxi y su centro de producción de magnetos en Ganzhou. Empresas como JL Mag Rare-Earth, proveedoras de Tesla y BYD, son clave en la manufactura global.
Minería & Desarrollo | Reuters